20120629

Qui est Pauline ?

Pauline anda al acecho de Víctor Gómez Pin. Non so perché. Yo sé que no es francesa. Sí, io lo so.


"La théorie quantique, nous ramène, comme l'a dit Bohr, à la vieille sagesse qui veut que, quand on cherche à introduire l'harmonie dans la vie, il ne faille jamais oublier que, dans la tragédie de l'existence, nous sommes à la fois acteurs et spectateurs."
Heisenberg - Physique et Philosophie -
La science moderne en révolution
Comentado por: Pauline el 28/6/2012 a las 09:48

("La teoría cuántica nos lleva, como dice Bohr, a la vieja sabiduría que quiere que, al buscar dar armonía a la vida de uno, no sea posible olvidar que, en la tragedia de la existencia, somos al mismo tiempo actores y espectadores."
Heisenberg, Física y Filosofía. La ciencia moderna en revolución)

Le langage diffère de la communication par le libre jeu de la pensée. La communication animale est figée, soudée à la chose. Alors que, dans le langage, il y a du jeu, de l'indéterminé.
Le langage offre ainsi des possibilités ou virtualités de sens. Le sens existe en puissance et la pensée l'actualise.
Comentado por: Pauline el 20/6/2012 a las 13:25

(El lenguaje difiere de la comunicación en el juego libre del pensamiento. La comunicación animal está cicatrizada, soldada a la cosa, mientras que en el lenguaje hay juego, indeterminación.
El lenguaje ofrece entonces posibilidades o virtualidades de sentido. El sentido existe como potencialidad y el pensamiento lo actualiza.)

"Ces longues phrases en labyrinthes qui, dans son oeuvre, enlacent la réalité pour en exprimer tout ce qu' elle contient, ces incidentes et ces parenthèses qui, dans ses lettres, tissent autour de son correspondant une fine toile d'araignée faite de compliments, de scrupules, d'un réel besoin de se rapprocher et d'un prudent souci de se dérober....."


-Jacques de Lacretelle-



La plus longue phrase de Proust compte quatre cent quatorze mots.

Je n'ai pas encore lu votre livre "La mirada de Proust".
Je pense le lire très prochainement
Comentado por: Pauline el 16/6/2012 a las 11:33

("Esas largas frases laberínticas que, en su obra, enlazan la realidad para explicar todo lo que esta contiene, esos incidentes y paréntesis que, en sus cartas, tejen alrededor de su correspondiente una fina tela de araña de alabanzas, de escrúpulos, de una verdadera necesidad de acercarse y de un prudente cuidado de esconderse."

Jacques de Lacretelle.

La frase más larga de Proust tiene ciento catorce palabras.

Aún no he leído su libro "La mirada de Proust".
Tengo pensado leerlo muy pronto.)

Comment expliquer que "la pleine conscience de moi" ne peut se faire jour qu'à travers le langage ?
Comentado por: Pauline el 12/6/2012 a las 12:00

(¿Cómo explicar que "la plena conciencia de uno mismo" no puede darse si no a través del lenguaje?)


Pour cultiver librement son humanité, son esprit, on doit méditer à notre aise, réfléchir, bref, faire de la philo; pour ce faire, il faut être délivré du souci des contraintes matérielles. Comment penser tranqullement si on doit perdre son temps à faire le repas, à nettoyer la maison, à travailler toute la journée ?
Comentado por: Pauline el 07/6/2012 a las 11:32



(Para cultivar con libertad nuestra humanidad, nuestro espíritu, debemos pensar con tranquilidad, reflexionar,  en pocas palabras, hacer filosofía. Para hacer esto, es necesario estar liberado de la carga de las obligaciones materiales. ¿Cómo pensar tranquilamente si debemos perder el tiempo haciendo la comida, limpiando la casa o trabajando todo el día?)


"Par la parole, l'homme est une métaphore de lui-même."
- Octavio Paz-


"Sans la moindre métaphore et dans toute l'acceptation du mot, vivre, c'est brûler."
-Victor Hugo-
Comentado por: Pauline el 31/5/2012 a las 10:19

("Por la palabra, el hombre es una metáfora de sí mismo"
Octavio Paz

"Sin la más mínima metáfora y bajo la aceptación completa de la palabra, vivir es arder"
Victor Hugo )


Podría continuar, de seguro.

Dónde lo he visto:

Pues sí


20120612

Michel Foucault: Las palabras y las cosas



Pierre Dumayet - En la Biblioteca de Humanidades de Gallimard se encuentra Las palabras y las cosas del señor Michel Foucault. Señor Michel Foucault, usted habla de la era de la etnología de nuestra propia cultura, ¿qué quiere decir?

Michel Foucault - Bien, me hubiera gustado que hubiéramos considerado nuestra propia cultura como algo tan extraño a nosotros mismos como la cultura de los arapesh o de los chinos, por ejemplo. Desde luego, hace mucho tiempo que intentamos retomarla, sea a través del trabajo de los historiadores o del de los sociólogos. Intentamos retomar como un objeto, como una cosa latente en nosotros nuestra propia cultura. Pero los historiadores estudian desde la Antigüedad los fenómenos económicos, los sociólogos estudian el comportamiento afectivo, político o sexual y creo que hasta el momento no se ha considerado como un fenómeno extraño a nosotros mismos nuestro propio saber. Y lo que yo he intentado hacer es tratarlo como si fuera algo que está frente a nosotros, como si fuera un fenómeno tan extraño y distante como la cultura de los arapesh y he querido reconstituir todo ese saber occidental que se ha gestado desde la antigua Grecia y la situación etnológica de nuestro saber.

PD - Es un poco como mirarse en un espejo, como si fuéramos unos extraños para nosotros mismos.

MF - Como si fuéramos unos extraños para nosotros mismos. Existe una dificultad evidentemente muy grande y es que, después de todo, ¿cómo podemos conocernos si no es a través de nuestro propio conocimiento? Esto quiere decir que son todas nuestras categorías del saber las que nos permitirán conocernos y si queremos conocer precisamente esas categorías del saber nos encontramos en una situación que es evidentemente muy compleja. Hace falta toda una torsión de nuestra razón sobre sí misma para retomarla como un fenómeno que nos es extraño. Es necesario que salga fuera de sí, para que de esta forma se la pueda devolver como un dedal. Y este esfuerzo, el comienzo de este esfuerzo es lo que estoy intentando abarcar.

PD - ¿Cuál sería el etnólogo ideal para ello? ¿De qué raza, de qué nacionalidad debería ser?

MF - Bien, se diría que el buen etnólogo de nuestra propia cultura podría ser un chino o un arapesh. Sólo que, después de todo, ¿con qué categoría, qué marco de pensamiento este chino o este arapesh podría conocernos a nosotros sino es a través de los cuadros mentales que son los nuestros? Lo que hace que quizás seamos nosotros quienes llegaran mejor, si pudiéramos darnos la vuelta sobre nosotros mismos y vernos en un espejo; quizás somos nosotros quienes están más capacitados para hacer este trabajo y puedan emprender esta etnología de nuestra propia cultura. Podríamos evidentemente pedírselo a un marciano, un marciano cuyo pensamiento llegaría a retomar el nuestro por completo si este marciano que, evidentemente, pudiera conocernos mejor. Pero eso sin duda es imposible porque hasta donde yo sé los marcianos no existen.

PD - Usted enseña filosofía ¿Cree que esa actitud es una actitud de filósofo o lo contrario?

MF - En realidad es muy difícil definir lo que es hoy día la filosofía. Durante mucho tiempo y yo creo que podríamos decir hasta Sartre (incluyendo a Sartre), la filosofía ha sido una disciplina autónoma - iba a decir encerrada en sí misma, pero no es así porque la filosofía siempre ha reflexionado sobre los objetos culturales que se le proponían de alguna forma. Ha reflexionado sobre Dios porque la teología lo propuso, ha reflexionado sobre la ciencia porque todo nuestro sistema de conocimiento le ofrecía este objeto, así que la filosofía es una disciplina abierta pero tiene su método propio, sus formas de razonamiento y sus deducciones sumamente particulares. Pero me da la sensación de que la filosofía está desapareciendo. Cuando digo que desaparece no quiero decir que lleguemos a una época en la que finalmente todo el saber se vuelve positivo, sino que creo que la filosofía se disuelve en toda una serie de actividades del pensamiento de las cuales es difícil decir si son propiamente científicas o filosóficas. Llegamos a una época que es quizás la del pensamiento puro, la del pensamiento en acto y, después de todo, una disciplina tan abstracta y general como la lingüística, una disciplina tan fundamental como la lógica, una actividad como la literatura desde Joyce, por ejemplo, en general todas estas actividades son probablemente actividades del pensamiento y ostentan el lugar de la filosofía, y no digo que le quiten el sitio, sino que son una especie de despliegue de lo que en otro tiempo fue la filosofía.

PD - ¿Cuál es su idea del hombre?

MF - Bueno, yo creo que el hombre ha sido sino un mal sueño o una pesadilla, al menos una figura muy particular, muy determinada, históricamente situada en el interior de nuestra cultura.

PD - Quiere decir que es una invención.

MF - Es una invención. En el siglo XIX y toda la primera mitad del XX se creía que el hombre era en el fondo la realidad fundamental de la que nos podíamos interesar. Se tenía la impresión de que era la búsqueda de la verdad del hombre la que desde el principio de la Antigua Grecia había animado toda la investigación quizás de la ciencia,  ciertamente de la moral, con seguridad de la filosofía. Cuando miramos el tema más de cerca nos podemos preguntar si esta idea de que el hombre ha existido siempre, que estaba esperando ser estudiada por una ciencia o por una filosofía no era más que una ilusión que se propuso en el siglo XIX. A decir verdad, hasta el final del siglo XIX, en realidad hasta el final de la Revolución Francesa  jamás nos hemos ocupado del hombre como tal ¿No es curioso que la noción de humanismo que atribuimos al Renacimiento, la noción de humanismo que nos es muy presente, no la podamos encontrar en los textos? Porque la palabra humanismo es una invención del final del siglo XIX. Antes del siglo XIX podemos decir que el hombre no existía, que lo que existía era todo un cúmulo de problemas, de formas de saber y de reflexión donde está la cuestión de la naturaleza, de la verdad, del movimiento, del orden, de la imaginación, de la presentación, etc. pero no existía en realidad la cuestión del hombre. El hombre es una figura que se constituyó al final del siglo XVIII o principios del XIX y que ha dado lugar a lo que se llamó y aún se llama humanidades. Este hombre ha dado lugar a toda esta noción de humanismo, del que el marxismo y el existencialismo son los testimonios más visibles actualmente. Yo creo que, paradójicamente, el desarrollo de las humanidades nos conduce en muy mayor medida a la desaparición del hombre que a una apoteosis del hombre. De hecho, ¿qué pasa ahora con las humanidades? Las humanidades no descubren en absoluto los núcleos concretos e individuales, positivos en cierta manera de la existencia humana. Muy al contrario, lo que vemos cuando se estudia, por ejemplo, el comportamiento y la estructura de la familia (que es lo que hacía Levi-Strauss), o cuando se estudia el gran mito indeoeuropeo como hacía Dumézil o incluso cuando se estudia precisamente la historia de nuestro saber, nos damos cuenta de que no se trata en absoluto, no es el hombre en su realidad, el hombre en lo que pueda tener de positivo, lo que descubrimos es todo un gran sistema de pensamiento, grandes sistemas de organización formales que son en cierta manera como el suelo sobre el cual aparecen las individualidades históricas. Lo que hace que el pensamiento actualmente, la reflexión se invierta completamente con respecto a lo que era hace sólo unos años. Yo creo que vivimos actualmente la gran ruptura con el siglo XIX, con todo el principio del siglo XX y esta ruptura la tomamos en el fondo no como un rechazo, sino como una distancia respecto a Sartre. Yo creo que Sartre, que era un gran filósofo, aún es un hombre del siglo XIX, porque toda su empresa ha consistido en querer llevar al hombre a algún lugar adecuado de su propia significación, en encontrar todo lo que hay de rigurosamente auténtico en la existencia humana, en llevar al hombre a sí mismo, posesor de su propia significación que se le podía escapar y eso es a pesar de todo una filosofía de la alienación, una alienación que hay que superar; ese es todo el pensamiento de Sartre. Y eso es exactamente lo contrario de lo que nosotros queremos hacer. Queremos que lo que hay de individual, de singular, de vehiculado en el hombre sea algo así como una quinta dimensión superficial, por encima de los grandes sistemas formales. Y el pensamiento de nuestros días debe reconstituir este sistema formal sobre el que flota en ocasiones la espuma y las nubes de la propia existencia.

PD - Una pregunta para ver si he comprendido bien. No veo cómo una toma de conciencia, una latitud política podría cubrir su campo de trabajo.

MF - Por supuesto. Sin lugar a dudas es la pregunta que nos hacemos en todas las formas de reflexión que están en el proceso de destruir un mito y que aún no han reconstituido una nueva mitología. Por ejemplo, durante mucho tiempo la filosofía mantuvo con la teología una parentela tal que estaba en manos de la filosofía definir qué moral o qué política se debía y podía deducir de la existencia de Dios. Cuando la filosofía y en general la cultura occidental descubrió que Dios había muerto se dijo: Si Dios ha muerto, todo está permitido, ya no hay moral posible. Si Dios ha muerto, ¿qué política debemos adoptar o desear? Entonces la experiencia probó que las reflexiones moral y política jamás habían sido tan activas, tan fuertes, tan abundantes como después del momento en que supimos que Dios había muerto.
PD - Entonces es cuando aparece la figura humana, el hombre estaba allí.

MF - El hombre estaba allí, pero ahora que el hombre está desapareciendo nos hacemos la misma pregunta que se hacían los que proclamaban en su momento que Dios había muerto. Decimos: si el hombre está muerto, entonces todo es posible. O más exactamente, decimos: todo es necesario. Lo que descubrió el amor de Dios, esa gran ausencia del Ser Supremo era el espacio de la libertad.  Lo que desvela ahora la desaparición del hombre en este espacio que ocupaba el hombre, ahora eliminado, es la trama de una especie de necesidad, la gran red de sistemas a la que pertenecemos. Decimos entonces que todo es necesario. Y es probable podamos debatir de la misma forma sobre todo ese acopio de espacio de libertad dejado por el amor de Dios y sobre los grandes sistemas políticos y morales como el marxismo, Nietzsche o el existencialismo. Sobre toda esta trama de necesidades que ahora intentamos explorar veremos surgir grandes opciones políticas y morales.

PD – Más frías, ¿no?

MF – Más frías, sin duda. Y debo decir que incluso si no las vemos surgir, porque no podemos predecir el futuro, tampoco es muy grave. Se ha descubierto durante los últimos cincuenta años que la literatura no estaba hecha para distraerse, ni la música para dar sensaciones viscerales. Me pregunto si quizás no nos damos cuenta de que el pensamiento tiene otras muchas cosas que hacer que prescribir a los hombres lo que ellos deben hacer. Sería muy bello que el pensamiento llegara a pensarse completamente a sí mismo y que pudiera descubrir qué hay de inconsciente en lo que nosotros mismos pensamos.


Traducción propia

Cordero místico




 Alrededor del minuto 4, he ahí la vejiguilla.